Duele el alma.
Lanzas muy afiladas,
hoy la traspasan.
Hondas tristezas
pueblan mi espíritu.
Dios, ven conmigo.
El alma llora,
cuando gritas, corazón,
el nombre Divino.
Y reverdecen
cientos, miles de ramas ,
brotan pimpollos.
Se va la lluvia
con la negra tormenta.
El sol asoma.
Sonríes, cielo.
Entre algodones se
filtra el oro.
Vías frondosas
cruzan el globo, vienen
las almas nobles.
Ya la Juventud
emprende los caminos,
ilusionada.
Caracas, 23 de agosto de 2024.