lunes, 31 de octubre de 2016

RETRASO, HAMBRE Y DESTRUCCION




     No existe algo más triste y patético que una guerra: la muerte y la destrucción deambulan por las calles de las ciudades ocupadas por el enemigo. El hambre  -además de las balas- hace caer a sus víctimas como trofeos victoriosos de los invasores y ocupantes. Cambian los estilos bélicos, la tecnología utilizada a través del tiempo, pero no sus orígenes, pues quienes las auspician, las inician, lo hacen llevados por las pasiones y  la ambición de poder. Estas jamás cambian. Persisten con el paso de los siglos.

     Acabo de leer un libro, Apartamento en Atenas, que me muestra la tragedia de una familia ateniense durante la ocupación nazi en Grecia en la Segunda Guerra Mundial. Su autor, Glenway Wescott lo publicó en 1944, cuando aún faltaba un año para finalizar la terrible contienda. Este escritor norteamericano, nacido en Kewaskim, Wisconsin en 1901, y fallecido en Nueva Jersey, Nueva Jersey en 1987, fue novelista, ensayista y cuentista. Publicó, además de esta novela, otras dos: "El halcón peregrino" y "Las abuelas". 

    Me gustaron mucho la prosa, estilo y la profundidad psicológica de los personajes. Y lo que sucede en ese apartamento ateniense donde se pasea el suspenso. El traductor, Toni Hill, hace un trabajo impecable. Las hermosas imágenes y metáforas del joven autor de aquella época suavizan el intenso dramatismo de las vidas de los personajes.

     Transcribiré a continuación  parte de la reseña que hace la editorial ("DEBOLSILLO", Barcelona (España) 2005), en la contra carátula, que explica mejor que yo su contenido:

"GLENWAY WESCOTT Apartamento en Atenas

En Apartamento en Atenas, Glenway Wescott, celebrado autor de El halcón peregrino, hace un retrato de la Segunda Guerra Mundial a través de una familia griega que se ve obligada a compartir su casa en Atenas con un oficial nazi. El matrimonio Helianos y sus dos hijos verán destruida su intimidad gracias a las sutiles torturas psicológicas del Capitán Kalter. Wescott perfila con mano maestra la humillación de una familia enfrentada a su propia desesperación, la lucha por la libertad en los sótanos del horror y la locura, y el lento crepúsculo del poder nazi en una ciudad mítica donde todavía se advierte el paso de los dioses antiguos, destronados ahora por el fervor totalitario..."

   Como Venezuela atraviesa en la actualidad una  crisis humanitaria, producto de las malas políticas económicas de un régimen ya dictatorial copiado del cubano, he encontrado en este libro algunas similitudes de esta crisis con las ocasionadas por el dominio nazi en la Grecia de la Segunda Guerra Mundial. Ellas son: la escasez, la falta de alimentos, la hambruna y otras muchas miserias, que recorren las destruidas calles de nuestra Venezuela.

     En la página 178 del libro Apartamento en Atenas, por ejemplo, leo con asombro la descripción que sigue:

     "...  La Cruz Roja no disponía de leche o medicinas suficientes para todos; así pues su política había sido elegir al crío más sano de cada familia pobre, en el crío con más posibilidades de supervivencia, y concentrarse en él..." 

    En en el caso de Venezuela es el régimen oficialista  es el que  a través de un sistema de distribución de alimentos llamado "Comité Locales de Abastecimiento y Distribución ", creados por Nicolás Maduro en abril de 2016, envíaba bolsas de comida sólo a establecimientos seleccionados por él (Mercal y Pdval) para su venta. Pero ahora, según una nueva modalidad del Ministerio de Alimentación destinada a evitar las colas, estas bolsas de alimentos de los CLAP llegarán "sólo a las familias registradas en los consejos comunales de cada zona", es decir a familias previamente censadas, a un costo de Bs. 1.200,00. Los combos   solidarios no incluyen ninguna clase de carnes ni aves.  Esto se pagará aparte.

     El 80% del pueblo que no está de acuerdo con la ideología chavista no tiene derecho a adquirir estos productos regulados. Al contrario, tiene que hacer gigantescas colas ante desabastecidos supermercados y farmacias de todo el país para comprar -por el número terminal la cédula de identidad personal- los productos regulados que lleguen ese día. Cualquier otro producto no regulado es inalcanzable para el bolsillo del venezolano. La inflación se lo prohíbe. Ya mucha gente ha muerto por falta de medicinas  en Venezuela, mientras el hambre campea por las calles de sus pueblos y ciudades. 

      Más adelante encuentro otro párrafo en la  misma página 178 de Apartamento en Atenas que llama mi atención. Dice así:

       "...  Aquella mañana, en la cola del mercado, la señora Helianos estaba detrás de una mujer pobre y rara. Otra mujer había llegado y la había empujado para quitarle el turno; la primera había intentado alejarla con insultos, pero de repente cambió de opinión y adoptó una actitud humilde, explicando a todo quien podía oírla que ella nunca empujaba a nadie ni se permitía enojarse cuando otros la empujaba, porque era un mujer religiosa.  ..." 

     Me entristece pensar que  en la época en la que la hambruna, la escasez, la falta de medicinas y las colas para conseguir alimentos en la Grecia de la Segunda Guerra Mundial - período en el que se desarrolla el libro- las padezcamos nosotros en la Venezuela actual, ya avanzando el siglo XXI. Entre estas dos épocas median ya setenta y tres años.  Y parece que no hubiera transcurrido el tiempo.


   Las situaciones dictatoriales vividas en dos épocas tan distantes traen como consecuencia la nefasta economía de guerra.  Se trata de dos sistemas ideológicos diferentes, pero parecidos en las ambiciones de quienes los lideran. Tanto el de derecha como el de izquierda se tocan. No importan las épocas en las que sucedan sus desgraciados avances bélicos. Ni siquiera su intensidad.

     Es increíble ver que, a pesar de los avances tecnológicos y científicos realizados en los últimos años en el mundo, algunos regímenes se empeñen en volver a las oscuras épocas pasadas. Al retraso, al hambre y a la destrucción.





Colas del hambre. 1939-1945. Segunda Guerra Mundial. 







                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             Colas para comprar comida en  Venezuela, 2013-2016- 



Nueva modalidad: Reparto  de bolsas de comida de los CLAP, sólo para familias                                                   registradas en los consejos comunales.                 





IMAGENES: WEB

Caracas, 29 de octubre de 2016