El 19 de marzo, Día de San José, por la mañana, como de costumbre al levantarme, revisé el celular. En Facebook y en algunos de los chats a los que pertenezco, apareció la imagen del Santo Varón, y comenzaron las felicitaciones de los amigos que celebraban su Santo en honor al del Padre Adoptivo de Jesús, Patrono de la Iglesia Universal, de los Carpinteros y Encargado de llevarnos a una muerte tranquila, camino al Cielo.
Su imagen, destaca siempre al lado del Niño Jesús y de la Virgen, como Jefe de la Sagrada Familia en los Nacimientos navideños. Es figura paternal de Jesús, y fiel esposo de María. Siempre lo he admirado por ser un hombre fuerte, pero al mismo tiempo tranquilo y apacible, consciente de la gran responsabilidad que Dios le otorgó. Confieso que no era muy devota suya, hasta que ese Día de San José, después de ver la misa por televisión en su honor y en la que se recordaban las virtudes del Santo, de pronto, sentí el vivo deseo de acrecentar mi devoción por el Padre adoptivo de Jesús.
Así que, una vez terminada la misa, busqué una estampa suya para ponerle una vela en su día de Cumpleaños en el pequeño lugar que tengo en un rincón del salón destinado al Sagrado Corazón de Jesús, la Virgen María y mis santos de devoción, San Judas Tadeo y San Antonio de Padua. Busqué en vano, pues no encontré imagen alguna de San José, por lo que pensé comprarla luego.
Entonces, reinicié mis actividades diarias y continué con una tarea que me habían asignado en un taller al que había asistido hacía poco, auspiciado por la Alcaldía de Baruta, sobre el Modelo de Negocios Canvas. Como tenía que rellenar la plantilla a mano, necesitaba lápices, bolígrafo y un borrador. Fui a buscar este último, pues las gomas de borrar de los lápices estaban todas gastadas. Abrí la gaveta del escritorio donde tengo la computadora, hurgué hasta el fondo y no encontré el borrador que buscaba. De pronto, desde el fondo de la gaveta se deslizaron varios papeles que contenía una carpeta. Eran papeles viejos que revisaría y botaría luego, pensé, mientras los colocaba de nuevo dentro de la carpeta, y la empujaba hacia el fondo del cajón. Pero ocurrió que el rebelde legajo volvió a deslizarse . Fastidiada, ya iba a volverlo a empujar con fuerza, cuando del montón de papeles viejos, salió uno rápido, para situarse orondo ante mis ojos: un lindo cuadernillo con la estampa de San José y el Niño Jesús en la carátula.
Ante la sorpresiva visita, llevé su imagen al rincón religioso para hacerle compañía al Sagrado Corazón de Jesús, la Virgen María y mis santos de devoción. Allí le encendí una velita, y entonces, todos juntos celebramos el Cumpleaños de San José.
Catacas, 21 de marzo de 2024
Imágenes: Web.
Hola Myriam, es Deyanira! Muy ameno este relato. Me ha encantado y el final de esa experiencia muy espiritual. Felicidades! Con Dios siempre ganamos! San José gracias por ser parte de la familia de Belén, y tú dulce compañía para todos nosotros los creyentes! Amén!
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