HELGA ANDERLE |
Paisaje vienés. 2013 . Foto: HA |
Dorita y yo, establecimos desde que la conocimos en Viena, una hermandad de siempre con ella. En esa época Helga y yo éramos compañeras de trabajo en la OPEP y Dorita estudiaba piano. Todas nos hemos visitado en nuestros respectivos países. Cuando Helga vino a Venezuela en 1987, y ambas visitamos por primera vez Canaima, (Estado Bolívar); luego de esa visita ella escribió un cuento titulado "Kanaima", lleno de la magia y el misterio que proporciona esa lejana zona del sur venezolano a quienes la visitamos, cuando la selva nos llama, como dicen los indígenas de esas lejanas y bellas regiones venezolanas.
Debido al parentesco establecido entre las tres, nosotras hemos estado al tanto de los acontecimientos más importantes de nuestras vidas. Y en esta oportunidad y con la autorización de mi amiga vienesa, les incluyo la anécdota antes señalada, vivida por ella y su perro Benji. Esta simpática crónica la incluyo a continuación, tal como ella me la escribió en su estupendo español aprendido cuando era niña en Santander, España, en ocasión de un intercambio estudiantil entre ese país y Austria.
A continuación la crónica de Helga Anderle:
Helga y su perro Benji en su casa. Viena, 2010. |
"Nieve hasta donde la vista alcanza. Arboles congelados. Silencio. Frío. Cuervos que graznan de felicidad. Eso es el invierno en Viena".
"Contra el mal de la cabaña. www.vienaendirecto.com
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Para cansarlo un poco antes de ir allí, lo dejé correr por el parque. Debajo de un árbol había muchos cuervos (en invierno vienen de Rusia porque aquí hace menos frío y hay más de comer) peleándose sobre un gran pedazo de carne. Allí corre Benji y se lo lleva en la boca. Yo detrás de él para quitárselo pues a veces la gente bota carne envenenada para matar a los perros- en Viena hay muchos perros, mucha gente que los adora y otros que los odian. Así que yo corriendo detrás de Benji, y detrás de mí una docena de cuervos interesados en la carne.
Muy divertida y simpática esta crónica vienesa de Helga. Como puede observarse, nuestro mundo en compañía de los animalitos domésticos y no tan domésticos, nos trae momentos a veces angustiosos, pero con un final feliz, como lo demuestra en este relato, mi hermana vienesa. Espero que todos mis amigos lectores la hayan disfrutado tanto como yo.
Caracas, enero de 2013.
IMAGENES: WEB
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