Rostros difusos,
del pasado, proyecta
hoy el recuerdo.
Unos sonríen
amorosos, al compás
de melodías
o poesías
leídas muy juntos,
bajo la luna.
Otros, rememoran
experiencias vividas
dulces o amargas.
Tamién mi rostro
se funde en ellos,
como en un crisol.
Es el tránsito
de la propia vida,
guiada por Dios.
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