Cuando escribí la crónica SENTIMIENTOS, en 1995, nunca me imaginé que, con el correr del tiempo, ellos estarían sujetos a cambios profundos en su intensidad, debido a las nuevas tecnologías. Es verdad que las emociones continúan teniendo básicamente el mismo origen: la pasión, la alegría, la sorpresa, la tristeza, el miedo, entre otras. Dicen los especialistas que son alteraciones del ánimo provocadas por ellos. Pero, creo, basándome solamente en mi experiencia, que en la actualidad ellas se han intensificado o disminuido a causa de estos adelantos. La fuerza del amor o el desamor es mayor o menor, de acuerdo a los estímulos recibidos a través de las nuevas tecnologías de informacion: computadoras y la telefonía celular. ¡Cómo influye Internet con su conjunto de redes en las emociones! Es increíble cómo han propiciado las mismas el conocimiento de parejas por su vía, el romance y la consolidación de los sentimientos; o también, la disolución de estos lazos.
En el momento en el que escribí la crónica señalada, por supuesto que existían las computadoras, el correo electrónico, pero, en aquella época, aún no tenían el auge que, lógicamente, poseen en la actualidad, ni su influencia en nuestro estado de ánimo. Pienso que antes la fuerza de las emociones era diferente.
Casualmente, ese mismo año yo recibía, - a pesar del adelanto de la tecnología comunicacional- cartas de amor, enviadas por avión, desde algún remoto lugar del mundo. Existía Internet, pero mi gran amor prefería escribirme a mano, y como si fueran hoy en día mensajes electrónicos, llegué a recibir unas cuatrocientas misivas- entre nuestros encuentros- en el lapso de tres años; todas ellas debidamente respondidas.
La fascinación de las cartas escritas era inmensa: se observaba el mínimo detalle, la letra, hasta el olor; uno creía adivinar el estado de ánimo del remitente, de acuerdo a la caligrafía o a la longitud de las páginas. Esta situación era un poco parecida al deshojar de la margarita. Me quiere mucho, si me escribe largo, y si lo hace corto, entonces, ¿Será que el amor ha disminuido? ¿Y si pasaban los días y el amado no escribía? Entonces, significaba poco más o menos que se trataba del olvido, sinónimo de ruptura. Llevar la carta recién recibida, durante dos o tres días en la cartera, para leerla veinte veces, estando a solas, tal era en mi caso, era delicioso. La misiva era la compañía de quien te amaba, y más si te enviaba fotos. Quería decir que siempre estaba a tu lado.
¿Mensaje tuyo? Veré si escribiste, amor querido. |
Desde mi propio punto de vista creo que en la actualidad los correos electrónicos y los mensajes de texto han intensificado los sentimientos. Si antes el correo aéreo demoraba tres días y “Certificado” un poco más, en la actualidad las redes han acelerado o disminuido el proceso amoroso. La rapidez de las comunicaciones fortalece el amor o destruye las ilusiones. Nos sentimos felices cuando vemos el nombre de quien nos interesa en nuestra lista de correos, y tristes cuando falta. Estamos constantemente pendientes del repicar del celular y de revisar constantemente el correo en la computadora.
¿ Y qué decir de Skype? ¿Cuándo imaginábamos antes conversar y ver al mismo tiempo a quien amamos al otro lado del monitor, de la pantalla del celular? Este invento no pudo haber sido más maravilloso y, al mismo tiempo más frustrante! ¿Qué por qué lo digo? Pues con sobrada razón. Se de alguien que tenía un gran amor. El se había comportado particularmente cariñoso con ella antes de salir de viaje por vacaciones. Un día, a su regreso, ella conversaba con él por Skype,y, sorprendida, observó que algo le brillaba en la mano derecha: se trataba de una reluciente y dorada alianza que acababa de estrenar antes de salir de viaje. ¡Y no le dijo nunca que se iba a casar! Difícil imaginar los sentimientos experimentados por los protagonistas, a un lado y otro de la pantalla.
¿ Y qué decir de Skype? ¿Cuándo imaginábamos antes conversar y ver al mismo tiempo a quien amamos al otro lado del monitor, de la pantalla del celular? Este invento no pudo haber sido más maravilloso y, al mismo tiempo más frustrante! ¿Qué por qué lo digo? Pues con sobrada razón. Se de alguien que tenía un gran amor. El se había comportado particularmente cariñoso con ella antes de salir de viaje por vacaciones. Un día, a su regreso, ella conversaba con él por Skype,y, sorprendida, observó que algo le brillaba en la mano derecha: se trataba de una reluciente y dorada alianza que acababa de estrenar antes de salir de viaje. ¡Y no le dijo nunca que se iba a casar! Difícil imaginar los sentimientos experimentados por los protagonistas, a un lado y otro de la pantalla.
¿COSAS DE LA TECNOLOGIA DE AVANZADA?
Caracas, noviembre de 2011
Linda alianza en el anular luces. ¡Ya te casaste! |
FOTOS Y DIBUJOS TOMADOS DE LA WEB.
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